Me ruboriza la idea de pensar que me estas leyendo. Es una pasada saber que si escribo algo aqui, ahora, tu lo estaras leyendo alli donde quiera que estes en cualquier momento.
Puede que haga anos que no te vea, o incluso que apenas sepa de tu vida.
Puede que en un pasado no muy lejano fueses un pilar de mi vida, una parte fundamental de las que son imprescindibles los fines de semana.
Puede que incluso guarde tu numero de movil desde hace anos y lo tenga guardado con la esperanza de volver a verte.
Puede que coincidiesemos en un punto muy breve y a la vez muy intenso de nuestras vidas.
Puede que me vieras nacer, que hayas estado velando por mi a lo largo de todos estos anos.
Puede que comiesemos juntos durante nuestras jornadas de descanso.
Puede que fueses mi idolo, mi musa, mi prefe.
Me fascina imaginarte leyendo y sonriendo al saber de mi. Saber que no te dejo indiferente, que cualquier texto para bien o para mal aun produce la curiosidad de saber que tal le va a aquellos a quien queremos. Alegrarte al saber que estoy bien, animada e ilusionada. Es inquietante saber que aunque yo no pueda saber quien eres, tu me conoces. Tu que lees mis historias, que me sigues de cerca en la distancia, que aunque no hablemos, me tienes presente en tu dia a dia.
Yo suelo olvidar gran parte de las anecdotas que me ocurren en la vida, pero de lo que siempre me acuerdo es de los sentimientos que me transmitieron aquellas personas con las que comparti una sonrisa, aunque ya no hablemos, aunque ya no te vea, aunque ya no te tenga junto a mi.
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