Va a hacer una semana que volvimos de España después de pasar nueve días de
vacaciones y la verdad es que creía que me iba a costar adaptarme otra vez,
pero sólo fueron los primeros días.
El lunes tuve que levantarme a las seis de la mañana para ir a Atocha y
coger un tren para Málaga. Esa mañana mis padres trabajaron por lo que sólo me
acompañó mi padre a la estación y mi hermana la pobre estaba durmiendo así me
despedí de ella con un beso. Cuando estaba en la estación de tren y me despedí
de mi padre no me salieron las lágrimas, pero estando en el tren sí que se me
escapó alguna recordando esos días atrás.
Al llegar a Málaga mi novio y su familia me estaban esperando. Fui a fumarme
un cigarro y cuando me di cuenta recordé que siete meses atrás estaba en ese
mismo sitio llamando a mi hermana para despedirme y decirle que no sabía cuando
iba a volver a verla, entonces allí en el aeropuerto me puse a llorar sola como una
tonta.
Después de dos horas de vuelo escuchando sólo a ingleses y a sus niños
llorar llegamos a Leeds. Era una sensación extraña porque venía de Málaga con
un calor abrasador y ahora estaba en Leeds con el cielo nublado y con frío.Ese
día fue muy raro, llegamos a casa y tuvimos que deshacer las maletas y guardar
toda la comida que nos trajimos.
Todo el mundo dice que como en España en ningún otro sitio, pero realmente
no sé por qué me sentía así ya que no quiero volver a España de momento. Te
pones a pensar en lo que has dejado allí, en todo lo que te estás perdiendo…
pero al mismo tiempo estás ganando mucho aquí, la experiencia es única y la
gente que estamos conociendo, como a la dueña de este blog que aunque nos
conocimos en un momento delicado que se convirtió en una mala experiencia que
nunca olvidaremos, para mi ella es un gran apoyo en este viaje.
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